jueves, 13 de marzo de 2014

María

1. Descripción Paisaje

Una tarde, ¡hermosa tarde que vivirá siempre en mi memoria!, la luz de los arreboles moribundos del ocaso se confundía bajo un cielo color de lila con los rayos de la luna naciente, blanqueados como los de una lámpara al cruzar un globo de alabastro. Los vientos bajaban retozando de las montañas a las llanuras: las aves buscaban presurosas sus nidos en los follajes de los sotos. Los bucles de la cabellera de María, que recorría lentamente el jardín asida de mi brazo con entrambas manos, me habían acariciado la frente más de una vez; ella había intentado reclinar la sien sobre mi hombro; nada nos decíamos...

A las doce del día siguiente bajé de la montaña. El Sol, desde el cenit, sin nubes que lo estorbaran, lanzaba viva luz intentando abrasar todo lo que los follajes de los árboles no defendían de sus rayos de fuego. Las arboledas estaban silenciosas: la brisa no movía los ramajes ni aleteaba un ave en ellos; las chicharras festejaban infatigables aquel día de estío con que se engalanaba diciembre: las aguas cristalinas de las fuentes rodaban precipitadas al atravesar las callejuelas para ir a secretearse bajo los tamarindos y hobos, y esconderse después en los yerbabuenales frondosos: el valle y sus montañas parecían iluminados por el resplandor de un espejo gigantesco. 

Pasadas las horas de calor, a las cuatro de la tarde, era la casa una revuelta arca de Noé: los patos empezaron a atravesar por orden de familias la salita; las gallinas a amotinarse en el patio y al pie del ciruelo, donde en horquetas de guayabo descansaba la canoíta en que estaba comiendo maíz mi caballo; los pavos criollos se pavoneaban inflados y devolviendo los gritos de dos loras maiceras que llamaban a una Benita, que debía ser la cocinera y los cerdos chillaban tratando de introducir las cabezas por entre los travesaños de la puerta de golpe.

2. Fragmentos

La muerte: 

Sus sollozos hicieron que Emma y mi madre se precipitasen sobre el lecho. Estaba como dormida; pero dormida para siempre... ¡muerta!, ¡sin que mis labios hubiesen aspirado su postrer aliento, sin que mis oídos hubiesen escuchado su último adiós, sin que algunas de tantas lágrimas vertidas por mí después sobre su sepulcro, hubiesen caído sobre su frente! 


  • Cuando mi madre se convenció de que María había muerto, ante su cadáver, bañado de la luz de los arreboles de la tarde que penetraba en la estancia por una ventana que acababa de abrir, exclamó con voz enronquecida por el llanto, besando una de esas manos ya fría e insensible.

  • El sacerdote estaba orando de rodillas al pie del ataúd. La brisa de la noche, perfumada de rosas y azahares, agitaba las llamas de los cirios, gastados ya. 

  • Braulio, José y cuatro peones más condujeron al pueblo el cadáver, cruzando esas llanuras y descansando bajo aquellos bosques por donde en una mañana feliz pasó María a mi lado amante y amada el día del matrimonio de Tránsito.

  • El amor: 


  • La fisonomía del sobrino tenía toda la nobleza que hacía interesante la del anciano; pero lo más notable en ella era una linda boca, sin bozo aún, cuya sonrisa femenina contrastaba con la energía varonil de las otras facciones.

  • Durante nuestro baño, sea que la noche y la orilla de un hermoso río dispongan el ánimo a hacer confidencias, sea que yo me diese trazas para que mi amigo me las hiciera, confesóme que después de haber guardado por algún tiempo como reliquia el recuerdo de Micaelina, se había enamorado locamente de una preciosa ñapanguita.

  • Era ya para mi una necesidad tenerla constantemente a mi lado; no perder un solo instante de su existencia abandonada a mi amor; y dichoso con lo que poseía y ávido aun de dicha, trate de hacer un paraíso de la casa paterna.

  • Tú no quieres ser ingrato conmigo, y dices que me amas y me llevas a ser reina de tu patria; yo no debo ser ingrata con mi padre, que me amó antes que tú, y a quien mi fuga causaría la desesperación y la muerte. Espera y partiremos juntos con su consentimiento; espera, Sinar, que yo te amo...


  • Paisaje: 


  • El reloj del salón daba las cinco. Mi madre y Emma me esperaban paseándose en el corredor. María estaba sentada en los primeros escalones de la gradería, vestida con aquel traje verde que tan hermoso contraste formaba con el castaño oscuro de sus cabellos, peinados entonces con dos trenzas con las cuales jugaba Juan medio dormido en el regazo de ella. Se puso en pie al desmontarme yo.



  • María y yo acabamos de regar las flores. Sentados en un banco de piedra, teníamos casi a nuestros pies el arroyo, y un grupo de jazmines nos ocultaba a todas las miradas, menos a las de Juan, que cantando a su modo, estaba alelado embarcando sobre hojas secas y cáscaras de granadilla, cucarrones y chapules prisioneros. 

  • Los rayos lívidos del sol, que se ocultaba tras de las montañas de Mulaló medio embozado por nubes cenicientas fileteadas de oro, jugaban con las luengas sombras de los sauces, cuyos verdes penachos acariciaba el viento.

  • Todo olía a cedro, madera de que estaban hechos los rústicos muebles, y florecían bajo los aleros macetas de claveles y narcisos con que la señora Luisa había embellecido la cabañita de su hija: en los pilares había testas de venados, y las patas disecadas de los mismos servían de garabatos en la sala y la alcoba.

  • 3. Identificar Sentimientos de los Personajes

    Maria: Una adorable joven que se enamora apasionadamente de Efrain, a quien considera la persona correspondiente para amar y formalizar su vida, pero una despiadada enfermedad y la ausencia de Efrain, la llevaron a dejar este mundo dejando en el aire ese amor que profesaba por su amado. Ella era una persona dulce, romántica, respetuosa y demasiado amorosa.

    Efrain: Un joven adinerado, romántico y varonil que se enamora de la belleza de Maria, se va al extranjero para poner en practica sus conocimientos y lograr encontrar la cura perfecta para la enfermedad de Maria. Era un muchacho culto, educado, esforzado, valiente, con muchas características que lo hacen el hombre ideal para Maria.

    Padre y Madre de Efrain: Son personas muy amables, que a pesar de ser adineradas, le abrieron la puerta de su casa y de su corazón a Maria, pero la desafortunada enfermedad de Maria se convierte en un problema para el romance que vive su hijo con ella y le ponen en el camino a Carlos, de esa forma poder alejarla de su hijo y que el pueda terminar sus estudios.


    4. Carta a mi Enamorada

    Para el amor de mi vida!

    Desde el momento que te vi, tu mirada nunca se aparto de mi memoria, cada vez que pasabas por mi lado se me estremecían las entrañas, las mariposas se hacían mas intensas en mi estomago, no sabia como hablarte, no sabia como acercarme, no sabia como poder hacerte entender que me estabas volviendo loco sin aun saber lo increíble que eras, era un sentimiento que solo se vive una vez en la vida, que solo el corazón te da el permiso para enamorarte sin consecuencias, sin errores, que si no lo aprovecho me eh de arrepentir por siempre y la culpa de no tenerte me atormentaría hasta el día de mi muerte.

    Ahora que te tengo no pienso dejarte ir, no lo eh pensado ni un instante, en lo único que pienso es en las mil maneras posible para que cada día seas feliz, que no te aburras de la monotonía, que lo único que quieras cuando te levantes sea estar a mi lado hasta que anochezca, que me beses como si no existiera un final, que detengas el tiempo para que cada momento a tu lado se convierta un una eternidad.

    Agradezco a dios por haberte colocado en mi camino, en mi destino, en mi vida, y por ser él mismo el causante de tan maravillosa creación, de tan celestial ángel que trajo al mundo, solo quiero que el sea testigo de este amor tan puro y tan sincero que siento por tan perfecto ser, quiero que sea dios quien bendiga nuestro amor, quien sea el juez celestial que perciba de tan envidiable amor que expiramos hasta con solo mirarnos, hasta con solo pensarnos, la grandeza de nuestro amor no se compara con nada, el fruto de ese amor es el que nos premia hoy en día y solo nos resta agradecer por las tantas bendiciones que el rey celestial nos regala sin esperar nada a cambio.

    Solo me resta decir que gracias por despertar en mi un sentimiento tan bello como el amor, pero te agradezco mucho mas por darme un ángel que supo despertar un sentimiento mucho mas grande que el amor.

    5. Un final Alterno?

    ..... Efrain al enterarse del terrible desenlace por el cual esta pasando su amada Maria, en menos de nada vende todo lo que tenia con tal de llegar lo mas rápido posible a casa, llama inmediatamente a un conocido para que le de el primer vuelo directo a su destino y pueda ver con sus propios ojos lo que realmente le esta pasando a Maria. El vuelo no duro ni 2 horas, fue un viaje exageradamente tedioso y agobiante, su corazón no paraba de latir y su mente solo se centraba en su amada, al llegar a casa observa a Maria postrada en la cama, pareciera un cuerpo sin vida, no se movía ni reaccionaba, el la mira fijamente, la agarra de la mano y le da un suave y apasionado beso en la frente.

    - Maria, tu amado ah llegado, no te preocupes, ya todo estará bien...

    Maria voltea a mirarlo, no sabe que hacer, no sabe que decir, solo unas lagrimas que bajan de sus ojos y sacando fuerzas y energías donde pareciera que no le quedaban ni la mas remota, lo abraza como si nunca quisiera que acabara ese momento, como si todo hubiese empezado de nuevo, mas sin embargo no fue suficiente y solo logra que su cuerpo le cause mas mal del que puede tener. Efrain siente que nada esta bien, que algo inesperado puede llegar en cualquier momento y solo le resta hacer una cosa:

    - Maria, te quiero llevar un rato a caminar, pero solo si tienes la fuerza para hacerlo.

    Maria accede sin gemir un rastro de dolor, la abrigan muy bien y salen de la casa, se siente en las afueras un aire bastante sofocante, el sol no sabe si iluminar mas de los de costumbre o esconderse sin llegar el atardecer, Maria siente como su cuerpo la traiciona y sin murmurar mucho pide que se recuesten en aquel árbol, se acuesta en las piernas de Efrain:

    - Si no fuera por tu maravillosa y mágica llegada, mi vida solo hubiera sido victima de una solitaria despedida.

    Maria fallece en sus brazos, Efrain llora sin parar, maldice la enfermedad que se la llevo, la levanta con todas sus fuerzas y la lleva a casa. Efrain solo susurra:

    - Se que en algún momento, volveremos a estar juntos, y esta ves no habrá nada que nos separe, estaremos unidos por siempre. 

                                                                                                              FIN.